Un filtro de habitáculo (o filtro antipolen) debe cambiarse a intervalos regulares, porque un filtro saturado de impurezas ya no cumple su función de filtrado. El polen, las partículas nocivas y otros gérmenes microbiológicos serán entonces arrastrados hacia los bronquios, con todas las consecuencias que se puedan imaginar. El filtro antipolen es uno de los elementos que contribuyen al confort y la salud de los ocupantes del vehículo. Un filtro desgastado bloquea, al menos parcialmente, el sistema de ventilación. La eficacia del sistema de aire acondicionado, calefacción y desempañado de su vehículo se reduce considerablemente. En casos extremos, el bloqueo puede provocar variaciones en las revoluciones del motor de la unidad de aire acondicionado, lo que puede conducir a una avería completa.